5 ago 2012

Dependemos de Alemania (queramos o no)

 Mientras la crisis económica euopea sigue intensificándose, los responsables políticos se enfrentan a la necesidad de tomar medidas cada vez más extremas para evitar un cataclismo financiero.

Recientemente los llamados  líderes de la UE se han reunido en Bruselas para discutir las últimas propuestas: centralizar y coordinar la regulación bancaria y fijar los límites del gasto nacional y el endeudamiento.
Una solución mejor a la  vez que inconcebible sería que Alemania volviera a su antigua moneda, es decir  volviera al marco alemán lo que causaría que el  euro  disminuyera de inmediato su valor.

Tal devaluación daría a las economías con problemas, especialmente a la de Grecia, Italia y por lo que nos interesa  a la nuestra, la flexibilidad financiera que necesitamos para estabilizarnos.
Aunque repetidas devaluaciones de la moneda no son el camino hacia la prosperidad, (de esto sabrá algo Carlos Solchaga) la debilidad del euro daría un impulso a la competitividad de todos los miembros de la unión monetaria.

Una mayor competitividad vendría emparejada a un  resurgimiento de la fabricación, lo que permitiría reducir las listas del paro.
Además tendría otra ventaja al disminuir la  enorme pérdida de capital humano y de  dignidad humana de la que estamos siendo testigos.

La reintroducción del marco alemán no resolvería la carga de la deuda que tenemos algunos de los países del sur de Europa, pero sería maravilloso para darnos un respiro  para restructurar nuestra maltrecha economía, nuestro singular mercado laboral, la reforma de recaudar más impuestos y tranquilizar a los siempre hambrientos inversores internacionales.

Un euro más débil también fomentaría de inmediato una mayor inversión extranjera. En el caso español haría que nuestro jodido mercado inmobiliario fuera de repente mucho más atractivo. Además el aumento de los flujos de capital también contribuiría a tranquilizar a los inversores ahora preocupados por las pérdidas no realizadas que los créditos inmobiliarios suponen para las entidades financieras españolas.
Cualquiera que tenga un poco de sentido común pensará qué Alemania hará lo necesario para salvar al euro, aunque  es más importante  salvar a la Unión Europea, que es más vieja, más grande y más importante que la zona euro.

La responsabilidad histórica de Alemania está en contradicción con la realidad actual. La única manera que tiene el euro para sobrevivir es que  Alemania  ponga todo su poder financiero y toda su fortaleza financiera al servicio del euro.

Y ni siquiera así no tengo claro que la zona euro pueda ser salvada en  su forma actual.
Al igual que Gran Bretaña, Alemania podría ser parte de la Unión Europea sin ser parte del euro. Lo esencial y más importante sería la preservación de los más grandes logros de la Unión Europea: la libre circulación de mano de obra, bienes y servicios. Alemania por sí sola tiene la capacidad para poner fin a una unión monetaria disfuncional y llevar la prosperidad a toda Europa incluida España.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si quieres hacer cualquier comentario, hazlo aquí,
Cualquier aportación sera bienvenida...