If you think education is expensive, try ignorance...
28 nov 2015
El empate y el sprint final
Los datos de la encuesta de Metroscopia confirman, a
tres semanas de las elecciones, una tendencia que ya se apuntaba en análisis
anteriores. Pero esta vez, la confirmación llega a un extremo increíble e inédito.
Hablamos de un triple empate real,
que podría desembocar en una victoria para el PP, pero también posible para el
PSOE o C’s.
Este triple empate, seguramente, no tendría, en caso
de producirse ahora mismo la cita con las urnas, el mismo comportamiento en la
asignación de escaños, dada nuestra ley electoral y las características de
nuestras circunscripciones. Pero va a tener una importancia
extraordinaria en la legitimidad adicional de quien resulte el partido “más
votado”, y en el “valor moral y estético” de esta etiqueta
en la formación posterior de alianzas y mayorías para el futuro.
Las diferencias demográficas y etarias son muy
relevantes. En España, por ejemplo, hay más de 8 millones de personas con derecho a
voto que tienen más de 65 años. Pero su distribución y concentración
territorial es muy concreta, y coincide –mayoritariamente- con 28 provincias en
las que asignan 5 o menos diputados, y que representan casi un tercio del total
de los 350 diputados del hemiciclo. En estas circunscripciones, la formación
que quede tercera debe de obtener más del 15% de los votos para obtener un
escaño. No es nada fácil, en especial para las formaciones emergentes. Pero
en estas provincias quedar primero o segundo es decisivo para el escaño que se
trasvasa a las formaciones nuevas y “terceras”. La ley electoral puede
ser caprichosa. Y esto cambia el cómputo final electoral.
Por estas razones, el triple empate global…
puede ser muy desigual territorio a territorio.Es ahí donde se juega la
victoria y el reparto final de escaños. Y más si tenemos en cuenta que en
Madrid, por ejemplo, se obtiene un acta por cada 180.000 habitantes, y en Soria
corresponde por cada 46.000 habitantes. Las diferencias pírricas en las circunscripciones
pequeñas pueden hacer bailar uno o dos escaños a las formaciones tradicionales
que históricamente han representado a estos electores. Si todos los bailes de
escaños se concentran en una fuerza, por ejemplo el PP, la suerte puede sonreír
a los socialistas.
A tres semanas de las elecciones, con un empate de estas características,
parece claro que la campaña –y los debates,
especialmente- van a jugar un papel decisivo. Pero
también la estrategia segmentada, provincia a provincia,
para dirigirse con mensajes muy precisos en función de la composición
demográfica (que marca siempre unos intereses y unas preocupaciones muy concretas); las previsiones
electorales de cada partido y sus correspondientes asignaciones de escaños; la
volatilidad de voto y su fidelidad; y el comportamiento final de los votantes
indecisos, que siguen siendo un número muy importante todavía. Ganará la micro
segmentación. Hay 52 elecciones en una.
Estas elecciones se decidirán, parece, en la línea de
cuadros, como si de una competición atlética se tratara. Levantar
los brazos antes de tiempo, te puede infligir una auto derrota dolorosa, y
verte rebasado por quien apriete los dientes y las piernas, con fe ciega en la
victoria hasta el final, metiendo todo el pecho en la cinta. Y también puede
suceder que los que en la última curva vayan primeros, o parezcan imparables,
les falte la fuerza de los metros decisivos. Elsprint final será
clave. Para ello el cálculo, la estrategia, la fuerza, el cambio de
ritmo y la determinación serán virtudes ganadoras para este tramo.
Los candidatos deberían aprender de las características de las carreras medio
fondo, que tanto han contribuido al éxito del deporte
español. Estas pruebas combinan la velocidad y la resistencia, al tiempo que no se
puede correr sin sentido táctico y fortaleza mental y física para mantenerlo,
mientras estás sometido a la presión de tus rivales. Y los errores se pagan severamente,
ya que no hay tiempo de rectificación.
La solidez del voto del PSOE y C’s parece menos firme que la del PP y
Podemos. Los trasvases de votos posibles entre socialistas y Ciudadanos es la
ecuación más abierta, de momento. Hay varias campañas en esta campaña. Paradójicamente,
la victoria entre el duelo directo de las dos formaciones que se disputan el
segundo lugar puede catapultar al partido vencedor a competir –y ganar- al que
va primero. Estas elecciones son así: con dos tiempos. Primero decidir
quién es el candidato con posibilidades de derrotar al Presidente. Y luego
asaltar su liderazgo. El voto útil, más que nunca.
Rajoy, con su ausencia en el primer
debate del lunes está contribuyendo a que se dirima esta primera cuestión sin
su concurso. Y, con ello, dilapidar el supuesto beneficio electoral que, según cree, le
reporta no asistir. Su error puede ser garrafal. Si emerge un claro
vencedor entre Pedro Sánchez y Albert Rivera, el candidato popular se
enfrentará a un clímax electoral imprevisto.Y
todavía faltará una vuelta completa (es decir, toda la campaña y sus debates e incidencias). Pero ya habrá sonado la
campana de última vuelta. Quien emerja el lunes marcará el ritmo para encarar
el sprint final.
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