9 feb 2018

España cría talentos para regalarlos


El triunfo de la selección de balonmano, signo, síntoma y señal de como derrocha el país a su mejor juventud.


La selección española de balonmano ganó hace una semana el Campeonato de Europa de balonmano. Fue la demostración del gran talento de una generación de jóvenes jugadores y de la inteligencia y la capacidad del seleccionador. Fue, también, el triste recordatorio, signo, síntoma y señal de que hablan los lingüistas, de cómo España cría la mejor juventud para desperdiciarla, para regalarla. 

Un contrasentido económico y vital. También, dirían algunos, un signo de los tiempos de globalización que corren, en el que unas pocas economías dominan a la mayoría.

En España muchos de los mejores científicos jóvenes, arquitectos, ingenieros, investigadores, deben emigrar para encontrar un trabajo que satisfaga a su vocación, que colme sus inquietudes y les dé para vivir dignamente; los mejores deportistas (siempre que no sean futbolistas), también. 
Solo seis de los 17 componentes del equipo español de balonmano juegan la liga nacional. Los 11 restantes debieron emigrar a equipos franceses, polacos, húngaros y hasta macedonios, donde se les valora y se les puede pagar más. Y también los mejores técnicos españoles –Juan Carlos Pastor, Valero Ribera, Raúl González y hasta el mismo Jordi Ribera, el actual seleccionador, que debió ganar la experiencia en Argentina y Brasil antes—trabajan fuera de España.
Después de haber sido una de las mejores ligas del mundo, la Liga española sucumbió hasta casi desaparecer a la crisis económica de 2008. La mayoría de los grandes clubes se encuentran en ciudades medianas o pequeñas que no cuentan con equipo de fútbol en Primera. Para los poderes públicos —Ayuntamientos, Diputaciones, comunidades autónomas—, patrocinar y financiar un equipo de balonmano fue una elección cómoda, económica y rentable para dar un motivo de orgullo deportivo a sus ciudadanos. Cuando el dinero público despareció con la crisis, así también los equipos de balonmano. 
No desparecieron las canteras ni las ganas de trabajar ni el voluntarismo mal remunerado. Siguen saliendo grandes jugadores de los pueblos y ciudades españoles para nutrir las ligas más potentes y establecidas de otros países. Los que se quedan a jugar en España asumen que nunca superarán la categoría de mileuristas con su oficio de balonmanistas.
Quizás no se trate solo del mal español. No solo en España la única Liga que genera beneficios y funciona económicamente es la de fútbol, que monopoliza prácticamente todo el gasto y el espacio televisivo y de patrocinio de las grandes empresas. ¿Es posible en este sistema económico crear ligas rentables de otros deportes? ¿Debería ser una obligación social de las grandes empresas apoyar los deportes minoritarios para sacarlos del subterráneo por el que circulan? Algunas de ellas lo han comprendido a la hora de apoyar el deporte femenino, el gran invisible. ¿O debería seguir siendo responsabilidad del Estado y del dinero público lograr que la mejor juventud no abandone el país?








https://elpais.com/deportes/2018/02/02/actualidad/1517575917_821095.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si quieres hacer cualquier comentario, hazlo aquí,
Cualquier aportación sera bienvenida...