Estos días los precios del petróleo han vuelto a marcar mínimos históricos ante la preocupación de que un exceso de oferta en los Estados Unidos pueda desbordar las ya de por si rebosantes instalaciones de almacenamiento.
Además, la Organización de Países Exportadores de Petróleo acaba de publicar un informe que sugiere que el cartel se mostrará reacio a intervenir para apuntalar los precios.
La dirección de los precios del petróleo, que habían aumentado considerablemente desde los mínimos de enero, ha caído en los últimos días. Los operadores se centran ahora en el segundo trimestre del año, cuando la demanda de petróleo es tradicionalmente débil debido al final del invierno y a los cierres programados de las refinerías para su mantenimiento.
El lunes, el precio del crudo West Texas Intermediate, el principal punto de referencia de Estados Unidos, cayó un 2 por ciento a alrededor de 44 dólares por barril, un mínimo de seis años, mientras que el crudo Brent, de referencia internacional, se redujo en un 2 por ciento a alrededor de 53 dólares barril.
Los mercados del petróleo siguen centrándose en la OPEP porque sus miembros podrían alterar rápidamente el equilibrio de los mercados mediante la reducción de la producción. Pero mientras que a algunos miembros, entre ellos Nigeria y Venezuela, les gustaría ver recortes, Arabia Saudí y sus aliados del Golfo muestran poca inclinación a cambiar la política que acordaron en otoño: Proteger la cuota de mercado, independientemente de lo que suceda con los precios.
Según la opinión de los participantes en el mercado, el papel de la OPEP como productor de oscilación se ha trasladado a los Estados Unidos y, en particular, a los productores de petróleo de esquisto que han ayudado a aumentar la producción estadounidense en más de cuatro millones de barriles diarios desde el año 2009, mucho más que los aumentos combinados en el resto del mundo.
Muchos analistas afirman que los bajos precios desincentivaran futuras inversiones de nuevas perforaciones por lo que el crecimiento de la producción en los Estados Unidos se estabilizará e incluso comienzan a declinar. Pero saber cuando este cambio va a suceder es un mero ejercicio especulativo.
El grupo de empresas petroleras que trabaja en Texas o en Dakota del Norte u otros lugares es muy diferente de las reuniones de los ministros de la OPEP que deciden si se debe cortar o aumentar la oferta en sus reuniones de Viena.
En su último informe mensual, la OPEP formuló su propia conjetura sobre la posibilidad de que la producción podría comenzar a disminuir en los Estados Unidos alegando que la salida de un esquisto típico puede caer un 60 por ciento anual y tomando nota de la continua disminución en el número de equipos de perforación que operan en los Estados Unidos, la OPEP ha sugerido que una caída de la producción posiblemente se puede esperar, para finales de 2015.
Mientras que puede parecer una noticia alentadora para los productores de petróleo, también significa que la OPEP, o al menos Arabia Saudí, pueden tener ninguna prisa para recortar la producción en la próxima reunión del grupo, en junio.
Los saudíes sostienen que con el tiempo, la economía se tornará en su favor porque su petróleo cuesta muy pocos dólares por barril de producir, mientras que el petróleo de esquisto, el que proviene de los pozos en aguas profundas o el extraído de las arenas petrolíferas de Canadá es mucho más caro. Los saudíes también sostienen que cualquier movimiento para apuntalar los precios ahora alentará una mayor inversión en la producción en los Estados Unidos y en otros lugares.
El informe de la OPEP del pasado lunes fue menos optimista, ya que pronosticaba que la demanda de su crudo sería de unos 29,2 millones de barriles diarios en 2015. Es decir, alrededor de 800.000 barriles menos por día de los que la OPEP dijo que estaba produciendo en febrero.
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