23 abr 2015

Fracking como deslocalizador de la producción petrolera

Como un metrónomo que viene y va, los precios del petróleo han oscilado una y otra vez durante la mayor parte del siglo pasado condicionando así el destino de las naciones.
Más a menudo que no, los suministros mundiales del volátil crudo fueron controlados por los gobernantes de los dominios del desierto que de otro modo habrían sido impotentes si no hubiera sido por el crudo que burbujea debajo de sus tronos.


A día de hoy el metrónomo está de nuevo en movimiento.                             

No solo los caprichos del mercado han enviando el precio del petróleo por debajo de 45 dólares cuando hace apenas medio año cotizaba a más de 100 dólares el barril, sino que por si fuera poco, podría caer aún más en los próximos meses.
Nada más lejos de la realidad, a primera vista podría parecer que la historia de la oscilación de precios se repite, pero esta vez, con solo profundizar un poquito más el análisis, enseguida surge una diferencia vital: el centro del mundo del petróleo se ha "deslocalizado" desde las arenas de Arabia Saudí a los campos de petróleo de  esquisto de los Estados Unidos de América.   

Dicho de otra manera, a nivel global, los Estados Unidos están superando a  la OPEP como el productor que determina los precios.  Pero además y por si fuera poco, no es coincidencia que casi todas las ventajas de la oscilación de precios se estén moviendo en dirección a Washington. La mayoría de los consumidores y las industrias estadounidenses se han beneficiado de una fuerte caída en los precios de la gasolina y otros costos de la energía. Y en el extranjero, las economías de los adversarios productores de petróleo como Rusia y Venezuela se están tambaleando.

Como es sabido por todos, acudir al pasado es casi siempre un buen recurso. Hacia el final de 2009 se desplomaron por última vez  los precios del petróleo, entonces,  la OPEP redujo la producción unos  cuatro millones de barriles al día para sostener los precios, estabilizándose el mercado en un tiempo relativamente corto.
Esta vez, los saudís y sus aliados del Golfo han dicho que no argumentando  que si cortan la producción perderán cuota de mercado con lo que con esta decisión han perdido el tradicional papel de "controladores" del mercado al ser los únicos proveedores con un volumen de producción tal que les permite condicionar el precio mediante la gestión de la oferta  del cártel.

La decisión llegó como una sorpresa para el mercado del petróleo. Desde el momento en que la OPEP decidió mantener constante su producción en 30 millones de barriles al día, muchos y especialmente los productores norteamericanos independientes interpretaron la medida como un ataque directo ante la nueva realidad de la creciente producción de petróleo estadounidense.
Desde los embargos petroleros de los sesenta y los setenta, a nadie escapa que la desaparición de la OPEP como manipulador del precio la han tenido en mente prácticamente todos los presidentes estadounidenses desde Richard Nixon con el único fin de encontrar la independencia energética de los Estado Unidos y así librarse de la atadura a la Oriente Medio.

No convendría olvidar que el fracturamiento hidráulico o fracking como aquí lo conocemos, es el factor más importante de cambio en los mercados globales durante la última década.
En cuanto la tecnología unida a la voluntad política hicieron posible el acceso a las reservas de crudo americanas, las importaciones de África y Oriente Medio se vinieron abajo, obligando a algunos productores de la OPEP a buscar salida para su crudo en los mercados asiáticos, donde tuvieron que luchar entre ellos a base de bajadas de precio para no perder cuota de mercado transformando así la dinámica de los precios a nivel global.
Sería conveniente no olvidar que a día de hoy, los Estados Unidos producen  más o menos la misma cantidad de petróleo que Arabia Saudí no solo estando a punto de superarles, sino que se está posicionando para convertirse en el nuevo OPEP. Todo ello por no hablar de que esta nueva posición dominante está gestionada bajo las reglas del libre mercado y no bajo el capricho de unos pocos todopoderosos jeques.

Para terminar, hay que decir que los saudíes, en comparación, se encuentran en una posición cada vez más débil. El año pasado, sus exportaciones disminuyeron no sólo a Estados Unidos, sino a Asia. Aún así, convendría no olvidar que hoy por hoy, no solo siguen siendo uno de los productores de más bajo precio con potencial de expansión, sino que siguen siendo actores de primerísimo nivel en el escenario mundial.

Solo cabe preguntarme qué pensarían hoy Nixon o Carter, pues no olvidemos que bajo el liderazgo de Arabia Saudí, la OPEP todavía controla aproximadamente el 30 por ciento de la producción mundial de petróleo,  pero tampoco perdamos de vista que su papel se ha reducido desde el 40 por ciento que controlaban en la década de 1970.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si quieres hacer cualquier comentario, hazlo aquí,
Cualquier aportación sera bienvenida...