Cuando el año pasado el precio del petróleo cayó, muchos
dieron por hecho que las primeras víctimas serían las pequeñas y ágiles empresas
estadounidenses especializadas en conseguir petróleo "no
convencional" procedente del esquisto, arenas de alquitrán recubierto y
similares.
Después de todo, en teoría, con sus altos costos de
producción y grandes deudas estas empresas eran aparentemente más vulnerables a
las crisis de precios que las grandes compañías petroleras. También se pensaba
que los saudíes se negaban a reducir su producción, precisamente, con el fin de
provocar la quiebra de esas empresas.
Meses más tarde, sin embargo, hay pocos indicios de una
caída en las cuencas de esquisto de Estados Unidos, donde la perforación
horizontal y al fracking han dado lugar a una mayor producción
de petróleo y gas durante los últimos cinco años.
También hay que mencionar que la caída de los precios no ha
causado la "angustia inmediata" que se suponía en un principio. Un
análisis de 300 empresas de petróleo y gas estadounidenses independientes en el
primer trimestre de este año mostró que más de dos tercios tenían balances sanos,
al menos en términos de fondos propios así como de deuda.
De la misma manera, la deuda de mas de la mitad de las
empresas de tamaño medio en la encuesta se negociaba a un 80% o más de su valor
nominal, lo que sugiere que los inversores no están demasiado preocupados por
su salud. Las empresas que han manifestado problemas son las que tienen
contratos de arrendamiento sin fondos, o que se habían embarcado en grandes
adquisiciones durante el año pasado, justo antes de que el precio comenzara a caer.
Las cifras recopiladas por diversos bancos de inversión cuentan una historia similar.
Aunque los rendimientos de los
"bonos basura" emitidos por las empresas de energía estadounidenses se
dispararon desde un mínimo del 5% en el verano a más de 10,5% en diciembre,
desde entonces han caído a 8% (más o menos lo mismo que a mediados de 2012).
Si que es cierto que el número de equipos de perforación de
petróleo en Estados Unidos ha caído a la mitad desde octubre, desde unos 1.600
a 800. Pero, por ahora, sin embargo, la producción de petróleo estadounidense
sigue creciendo incrementándose en marzo 120.000 barriles / día.
Una de las razones es que los frackers han sido capaces de reducir los
costos, junto con el resto de la industria del petróleo, como el precio de la
mano de obra, el acero u otros insumos
ha caído. Dándole una alegría a sus finanzas. También se están beneficiando de
las continuas mejoras en la productividad. Estos incluyen una mejor información
sísmica, lo que significa que más fracks tienen éxito, la capacidad de profundizar
cada vez más pozos de un solo punto y, en el horizonte, polímeros y otros
fluidos que reducen el uso de agua o la llegan a sustituir por completo.
No es un camino de rosas. Las reservas de petróleo se
valoran en octubre. Los precios del año
pasado de alrededor de 100 dólares por barril, valdrán mucho menos en esta
ocasión. Pero incluso las empresas en dificultades no bajarán necesariamente la
producción ya que los nuevos propietarios pueden llegar a comprar sus activos de forma barata a la vez
que mantienen el bombeo.
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