Desde la baja inflación, hasta el
crecimiento en Europa o las quiebras en EEUU. Todo está afectado por la
estrategia saudí.
Mucho ha cambiado
la economía mundial en el último año y, por extraño que parezca, Arabia Saudí
está detrás de la mayor parte de estas variaciones. Los países luchan ahora contra los
problemas de la baja inflación, pero se benefician de los menores costes de
producción y las importaciones de combustibles fósiles. La inversión en el
sector energético ha caído con fuerza al tiempo que las quiebras de empresas
estadounidenses del sector se han multiplicado. ¿Cómo puede ser culpa de Arabia
Saudí?
Empecemos por el principio. Hace un año, los miembros
de la OPEP (Organización de Países
Exportadores de Petróleo) celebraban su reunión semestral en la que se
enfrentaban a un reto desconocido. La oferta de petróleo superaba por primera
vez de forma amplia a la demanda mundial, lo que había empezado a desplomar los
precios. La culpa de este exceso de producción era el desarrollo de la técnica
del fracking (fractura hidráulica) en Estados Unidos. De
pronto, el ritmo de extracción de petróleo del país estaba en niveles que no se
habían visto en 45 años, lo que provocó que el precio del petróleo se hundiese
un 30% en apenas 5 meses.
SÓLO NEGOCIOS
Era el momento de la OPEP. Retirarse para que los
precios volvieran a subir, o pelear por el mercado con precios más bajos.
Arabia Saudí decidió entonces imponer su postura en la Organización y decidió
declarar la guerra de precios a su socio y rival estadounidense. No es
nada personal, son sólo negocios. La Organización decidió mantener sin
cambios su producción en 30 millones de barriles al día, lo que provocó uno de
los mayores desplomes del petróleo en un día. La estrategia saudí era ahogar
financieramente a los productores de EEUU, que tienen unos costes de extracción
mayores que el resto de los países de la OPEP.
La batalla se prolongó durante un año en
el que, por supuesto, se multiplicaron las quiebras de compañías relacionadas
con la extracción de petróleo en EEUU. Y no sólo fueron petroleras, también
ingenieras y empresas de productos y servicios auxiliares. “El sector de la
energía sigue siendo el que tiene más problemas”, alerta la agencia de
calificación Moody’s, “y ya supone un cuarto de los 79 impagos de empresas
estadounidenses de este año”.
En este periodo, el precio del petróleo
se ha desplomado un 45% hasta marcar su nivel más bajo en seis años. Este
descenso ha permitido a las economías desarrolladas, especialmente de Europa, aliviar
sus importaciones y sus costes de producción. En España, por ejemplo, el ahorro
frente a los momentos en los que el crudo cotizaba más caro se sitúa en el
entorno de los 24.000 millones de euros anuales de ahorro. En otras palabras,
una aportación de más del 2% al PIB.
Mientras tanto, los países productores agonizaban.
Venezuela, por ejemplo, no se ha cansado de pedir a sus socios de la OPEP que
redujesen su producción, al menos para estabilizar los precios en el entorno de
los 80 dólares. El país es uno de los que más están sufriendo por esta
situación, ya que se ha quedado sin reservas internacionales y no tiene ninguna
otra vía que el petróleo para conseguirlas. Por su parte, en Estados Unidos
el número
de pozos activos se ha reducido un 60% hasta a su nivel más bajo
desde 1995.
“LA OPEP ES MÁS FUERTE QUE
NUNCA”
Los miembros de la OPEP volvieron a reunirse el viernes para
revisar su estrategia de producción. El encuentro se prolongó durante una
hora más de lo que estaba previsto y los ministros de petróleo de los distintos
países salieron visiblemente cansados. La discusión fue agotadora para todos
ellos, pero al final se impuso la postura de Arabia Saudí. Una vez más.
Los representantes de la Organización se
mostraron reacios a reconocer ante los medios que finalmente decidieron
aumentar en 1,5 millones de barriles diarios su producción, hasta los 31,5
millones. La realidad es que la OPEP lleva muchos meses saltándose su propio
techo. “Todos los países hacen lo que quieren”, indicó el ministro del petróleo
de Irán, Bijan Namdar Zanganeh, “creo que habrá una decisión en el segundo
trimestre de 2016”, que es cuando vuelven a reunirse. El cártel está
fragmentado y cada uno hace la guerra por su cuenta. En otras palabras, que
todos acaban por producir por encima de su cuota y así secundan la estrategia
de Arabia Saudí de seguir presionando los precios.
El secretario general de la
Organización, Abdalá bin Al Badri, quiso reivindicar la fuerza que tienen
todavía los países exportadores: “La OPEP es ahora más fuerte que nunca se
pueden ver los efectos en el mercado”. Esta fue su última declaración de que la
guerra de precios continuará durante seis meses más. En efecto, el cártel había
provocado un desplome del crudo del 4,5% en apenas cinco minutos.
El ministro de petróleo iraquí, Adel
Abdel Mehdi, respaldó su postura: “Creo que nuestra estrategia es buena; así
defendemos los intereses de los países y de la Organización”. Los miembros del
cártel argumentaron que, aunque ellos redujesen su producción, el exceso de
oferta seguiría, ya que son otros los países que están saturando el mercado. En
otras palabras, que ellos no piensan retirarse de la contienda, que sean otros
Estados de fuera del cartel, como Rusia o, principalmente, Estados Unidos,
quienes recorten su volumen de extracción.
Por si fuera poco, Irán está a un paso
de conseguir levantar las sanciones de Estados Unidos y Europa contra la
importación de su petróleo por su programa nuclear. Las últimas investigaciones
de la ONU en el país demuestran que no hay señales de su actividad nuclear, por
lo que las sanciones empezarán a levantarse en enero. Será entonces cuando el
país podrá unir su fuerza de producción a la de sus socios. En total, el país tiene capacidad para bombear en torno a 1 millón de barriles de crudo al día, algo
más del 3% del total de la producción del cártel.
Sin duda son noticias que desde Europa se reciben con
entusiasmo y recelo al mismo tiempo. Las familias y las empresas agradecerán el
descenso de los costes energéticos, al tiempo que la balanza comercial del país
sentirá un alivio mayor a medida que el precio del crudo siga cayendo. Sin
embargo, la inflación recibe una estacada casi mortal, lo que vuelve a acercar
el fantasma de la deflación a unas economías muy endeudadas. Así será como
Arabia Saudí seguirá modelando el mundo.
El Españos
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