19 abr 2018

El único icono global...

Puerto de Houston.

Como no me quería ir de Texas sin antes haber visitado el puerto de Houston, pues nada, me he cogido el coche y el GPS y sin pensarmelo mucho, allí que me he ido (29° 36′ 39.96″ N, 95° 1′ 18.12″ W).

Aunque no nos demos cuenta, aunque quizás por el quehacer y el ritmo de nuestras vidas no hayamos siquiera parado a pensarlo, prácticamente todo, (incluido el móvil, o el laptop desde el que estas leyendo) pasa en algún momento por el contendor, al que yo considero el único icono global. 

Quizás habría que poner en valor lo que esa caja metálica (y la logística que hace posible llevarlo de un sitio a otro) ha supuesto para lo que hoy llamamos comercio mundial, haciendo el mundo mucho “más pequeño” de lo que era antes.



Para entender sus orígenes hay que saber que pasada la primera mitad del siglo pasado la imaginación de un empresario llamado Malcon McLean le llevó a que por primera vez en la historia un viejo petrolero transportara unos contenedores desde Newark hasta Houston.

Es por eso, que hoy me encuentro en este puerto, intentando visualizar como de este primer sencillo primer viaje, se ha pasado, gracias al transporte de contenedores, a una gran industria que ha hecho posible el auge del comercio mundial (y que tu tengas tu laptop al precio al que lo adquiriste) gracias en gran medida a las amplias consecuencias económicas de la fuerte caída en los costos de transporte provocada por la contenerización.

Pero el camino recorrido por el contenedor no fue fácil, ya que en principio su adopción no acababa de suceder. Su adopción requirió enormes sumas de dinero, tanto de inversores privados como de puertos que aspiraban a estar a la vanguardia de una nueva tecnología. Exigió años de intensas negociaciones sobre normas que permitieron que casi cualquier contenedor viajara en cualquier camión, tren o barco.

Finalmente, el éxito de McLean en el suministro a las fuerzas estadounidenses en Vietnam persuadió al mundo del potencial del contenedor.
Para realizar el transporte de carga intermodal, todas las áreas de la cadena de transporte tenían que estar integradas. No se trataba simplemente de poner carga en contenedores. Los barcos, las terminales portuarias, los camiones y los trenes debían adaptarse para manipular los contenedores.
La adopción del contenedor como nuevo “medio de transporte” transformó la geografía económica, devastando puertos tradicionales como el de Nueva York o el Londres y alimentando el crecimiento de otros antes desconocidos, como Oakland.

Al hacer posible que los envíos fueran tan baratos se produjo una deslocalización ya que ahora no solo la industria podía ubicar fábricas lejos de sus clientes, sino que el contenedor allanó el camino para que Asia se convirtiera en la factoría mundial, a la vez que trajo a los consumidores una variedad inimaginable de productos de bajo costo de todo el mundo.

Era tan obvia su expansión que para cuando el buque portacontenedores atracó en el Puerto de Houston, seis días después, la compañía ya estaba recibiendo órdenes de enviar mercancías a Puerto Newark en contenedores.

Otras compañías pronto vieron las ventajas y recurrieron a este enfoque. Apenas unos años más tarde, comenzó el envío de contenedores en el Pacífico, siendo unos años más tarde cuando se construyó el primer portacontenedores realizando la primera ruta entre el puerto de Newark y el de Miami (puerto que visité a finales del año pasado)

Una vez vistas las ventajas de este nuevo modelo, el siguiente paso lógico supongo que fue estandarizar los tamaños de los contenedores, no solo para poder apilarlos de manera eficiente, sino que también para que camiones, trenes, barcos y grúas de los puertos se pudieran adaptar o diseñar para un solo tamaño.

Creo que fue ya entrados los años 60 de este siglo cuando la Organización Internacional de Normalización (ISO) estableció los tamaños estándar siendo los de 20 pies y 40 pies. (TEU y FEU). Tal ha sido su repercusión que en solo unas décadas se ha pasado de transportar en un solo buque de apenas 10 contenedores a los 18.000 contenedores que puede cargar hoy un buque clase“Triple E.

Si en una cosa estamos de acuerdo, es que la globalización ha traído las redes comerciales más avanzadas que el mundo ha visto, con los buques más grandes y rápidos, los puertos operados por robots y las enormes bases de datos de supercomputadoras que rastrean cargas.




Pero bien entrado el SXX, todo sigue dependiendo de millones y millones de documentos en papel.

Ese último retroceso al comercio del siglo XIX está a punto de caer ya que las mayores navieras se han asociado con empresas de tecnología para actualizar la red logística más compleja del mundo.

El premio es una revolución en el comercio mundial a una escala que no se había visto desde el cambio a contenedores estándar en la década de 1960, un cambio que marcó el comienzo de la era de la globalización. Pero la empresa es tan grande como la posible conmoción que causará. Para hacerlo funcionar, docenas de líneas navieras y miles de negocios relacionados en todo el mundo -incluidos fabricantes, bancos, aseguradoras, intermediarios y autoridades portuarias- tendrán que elaborar un protocolo que pueda integrar todos los nuevos sistemas en una sola plataforma.

En caso de que tengan éxito, la documentación que ahora tarda días llegara a realizarse en apenas unos minutos, quizás, en gran parte sin la necesidad del aporte humano. El costo de mover bienes a través de los continentes podría reducirse drásticamente, lo que agregaría un nuevo ímpetu para deslocalizar una vez más las manufacturas o los materiales de origen y los productos del extranjero.

Ya para acabar y despedirme de este magnífico puerto me pregunto yo si esta será la próxima mayor innovación en esta industria desde la contenerización. Quizás, lo que ahora se llama “blockchain” tiene la respuesta.






14 abr 2018

John F. Kennedy

I am in Dallas, Texas, in a city park called Dealey Plaza at the western edge of the central business district.

Although it is sometimes called the "birthplace of Dallas" this spot is best known because it was the place were President John Fitzgerald Kennedy was assassinated by gunfire on November 22, 1963, while riding in a motorcade.


His was the fourth presidential assassination in American history, the first in the nuclear age. The violent death of the leader of the strongest free nation in the world sent shock waves around the globe.

Today, some decades after the shooting, hundreds of millions still remember hearing the awful news of the death of the young American president.

Some of them come to Dealey Plaza in search of a resolution to lingering pain; I am here, as a younger visitor, unaffected by first-hand memory, visiting the site seeking knowledge about a powerful and confusion event that changed the course of history.


Dealey Plaza, like Ford´s Theatre, Pearl Harbor, and the Alamo, is a tragic historic site. It serves as a reminder that history is not necessarily celebration, that things sometimes go terribly wrong in America, or in locations all over the world. 

George Santayana observed in 1905 that “those who cannot remember the past are condemned to repeat it

Following my last blog posting about “Houston, we have a problem” it comes to my mind a very powerful quote that President Kennedy said on September 12, 1962 “We choose to go to the moon in this decade and do the other things not because they are easy, but because they are hard”.


President Kennedy inspired a generation to accept responsibility for its government, and its world, by taking political and social action. As president, he fought to ensure equal rights and opportunities for all Americans.

He encouraged Americans to lift up those less fortunate than themselves, both at home and abroad. He challenged the nation to reach for the impossible and land a man on the moon before the end of the decade. He set new directions for international diplomacy, seeking better relations with Latin America and newly independent nations. He reduced the threat of nuclear war by opening the lines of communication with Moscow and offering to help “make the world safe for diversity.”

As the President of the United States of America, he had to face very complex situations, such as an early crisis that occurred in April 1961, when President Kennedy approved the plan to send 1,400 CIA-trained Cuban exiles in an amphibious landing at the Bay of Pigs in Cuba. Intended to spur a rebellion that would overthrow the communist leader Fidel Castro, the mission ended in failure, with nearly all of the exiles captured or killed. That June, Kennedy met with Soviet leader Nikita Khrushchev in Vienna to discuss the city of Berlin, which had been divided after World War II between Allied and Soviet control. Two months later, East German troops began erecting a wall to divide the city. Kennedy sent an army convoy to reassure West Berliners of U.S. support, and would deliver one of his most famous speeches in West Berlin in June 1963. 

Kennedy clashed again with Khrushchev in October 1962 during the Cuban missile crisis. After learning that the Soviet Union was constructing a number of nuclear and long-range missile sites in Cuba that could pose a threat to the continental United States, Kennedy announced a naval blockade of Cuba.

 The tense standoff lasted nearly two weeks before Khrushchev agreed to dismantle Soviet missile sites in Cuba in return for America’s promise not to invade the island and the removal of U.S. missiles from Turkey and other sites close to Soviet borders. In July 1963, Kennedy won his greatest foreign affairs victory when Khrushchev agreed to join him and Britain’s Prime Minister Harold Macmillan in signing a nuclear test ban treaty. In Southeast Asia, however, Kennedy’s desire to curb the spread of communism led him to escalate U.S. involvement in the conflict in Vietnam, even as privately he expressed his dismay over the situation.

Although Kennedy was an enormously popular president, both at home and abroad, at home, he was unable to achieve much of his proposed legislation during his lifetime, including two of his biggest priorities: income tax cuts and a civil rights bill. President Kenedy was slow to commit himself to the civil rights cause but was eventually forced into action, sending federal troops to support the desegregation of the University of Mississippi after riots there left two dead and many others injured.

The following summer, Kennedy announced his intention to propose a 2comprehensive civil rights bill and endorsed the massive March on Washington that took place that August.

From that time, it is his famous quota that said: “One hundred years of delay have passed since President Lincoln freed the slaves, yet their heirs, their grandsons, are not fully free. They are not yet freed form the bonds of injustice. They are not yet freed for social and economic oppression. And this nation for all its hopes and all its boasts, will not be fully free until all its citizens are free”

Just to finish this post, remember one of the most famous  President Kennedy quotas when addressing the people during the Inaugural Address, 20 January 1961:

"ask not what your country can do for you, 
ask what you can do for your country"




Houston, we have a problem

Justo cuando se cumplen 48 años de aquella famosa frase pronunciada por Jack Swigert durante el accidentado viaje del Apolo 13me encuentro en Houston....desde donde escribo estas lineas...
Esta frase tan celebre me trae a la memoria otra menos conocida pero igual de signaficativa prounciada años atrás por Guss Grisson, comandante del Apolo 
"Si morimos, queremos que la gente lo acepte. Este es un trabajo peligroso, y si algo nos sucediera, esperamos que eso no retrase el programa. La conquista del espacio merece arriesgar la vida". y es que como dice un dicho que aprendí mientras estudiaba en Inglaterra "quien no se arriesga no cruza el mar"...
The "Houston, we have a problem" became a cultural touchstone. Sportscasters say it. Politicians say it. In books, movies, plays, and music, it’s shorthand for saying something has gone awry, sometimes terribly.
As we have started the SXXI century, space exploration promises to reach new heights with many new and exciting missions.
NASA´s Space Shuttle fleet had successfully returned to flight operations, launching a backlog of satellites and probes to the planets grounded in the aftermath of the Challenger accident. The Soviet Union had tested its own space shuttle Buran in conjunction with the Energia booster, the most powerful rocket ever built. Soviet (and other countries) crews have lived an worked aboard the Mir space station for up to a year at a time. And even the western nations were ahead with plans to develop the international space station, Freedom.
It was a NASA project to construct a permanently manned Earth-orbiting space station in the 1980s. Although approved by then-president Ronald Reagan and announced in the 1984 State of the Union address, Freedom was never constructed or completed as originally designed, and after several cutbacks, the project evolved into the International Space Station program.
In August 1989, NASA´s Voyager 2 -after a twelve-year odyssey through the outer solar system - reached Neptune, signaling the end of the first wave of planetary exploration. The second wave has begun with the launch of the Magellan probe to Venus and the Galileo mission to Jupiter.
Space is no longer the preserve of the superpowers: Other nations are regularly launching rockets with commercial satellites as their payload. Nowadays satellite-launching is a big business. Europe´s Ariane launcher has been vying with Chinese, Japanese and "Soviet" launchers for their share of the world market. And all the spacefaring nations are developing advanced spaceplanes which promise to take the prohibitive costs out of space flight.
Just as Richard Branson says: "We are at the vanguard of a new industry determined to pioneer twenty-first-century spacecraft, which will open space to everybody — and change the world for good.

I do want to finish these lines with a quote of George Whitesides, CEO Virgin Galactic, and The Spaceship Company: "Space is not only important for the future of transportation, it's important for the future of imagination"
Houston, 13 April 2018... 48 years later of that famous sentence, " Houston, we have a problem"...