19 jun 2018

El irrelevante.

irrelevante
adjetivo,
que carece de relevancia o importancia.


Lo único que parece cierto en estos tiempos que corren es que ya nada es como era. Que nada tiene que ver con lo que habíamos conocido y la incertidumbre es el nuevo vértigo con el que han de lidiar los que antes encontraban refugio con el aquí no pasa nada, aquí no cambia nada.

Para tener una visión de lo que pasa hoy en día en el seno del Partido Popular quizá convendría recordar un poco la historia reciente en "casa del histórico rival", pues es ahí donde se producen algunos episodios o "lecciones" que aunque para la gran mayoría o bien están olvidados o bien ni siquiera se habían percatado de los mismos.

Interesaría recordar al lector lo acontecido en casa del histórico rival a principios del año 2000 cuando Joaquín Almunia y el socialismo acababan de sufrir la derrota electoral más dura (superada una década después por Rubalcaba) de la historia del PSOE.

En su pugna por llegar a Moncloa, Jose María Aznar se impuso con tal autoridad que consiguió la ansiada mayoría absoluta. Y es que el PSOE había perdido mas de un millón y medio de votos con respecto a los resultados obtenidos en 1996. Ojo,,,,, cuando no hacía ni tres años de la salida de aquel histórico líder del partido llamado Felipe González.

Si uno presta atención a los hechos y no a la emoción, recordará que en Ferraz, Joaquín Almunia presentaba su dimisión diciendo:

“Ahora, los socialistas, necesariamente, debemos hacer una reflexión sobre las causas y las consecuencias de esta derrota, a partir de la cual debemos afrontar la renovación que yo inicié, pero que requiere necesariamente mucho más impulso para empezar en el siglo XXI un nuevo proyecto con ideas y gente nueva".

Nuevamente la historia nos dice que corría mayo del 2014 cuando en el seno del PSOE una gran mayoría pedía caras nuevas en lo más alto del partido, y cuando todos daban por hecho la victoria de Eduardo Madina, irrumpió en escena un desconocido (y jovencísimo)  llamado Pedro Sánchez que decidió presentarse a las primarias de ese partido.
Yo creo que salvo por ser diputado por Madrid, nadie, ni siquiera en su propio partido, lo conocían, pues hay que recordar que llegó a diputado tras la renuncia de Pedro Solbes.




Pero ahí estaba su ventaja, en no ser nadie. En ser irrelevante.
Porque ese "no ser nadie" cumplía con la expectativa de aquellos que ante todo buscaban que se rompiera con el pasado y que se recuperara la ilusión perdida por muchos de sus votantes.

Tomemos como ejemplo otro, por entonces, don nadie; Un tal José Luis.
Me refiero a José Luis Rodriguez Zapatero que contra todo pronóstico y con "tan solo" 39 años ganó el congreso federal del PSOE al que se presentó (creo que fue el 35º) y tal como comenzaba estas lineas desbancó a Joaquín Almunia, que dicho de paso, había cosechado unos resultados electorales mas que desastrosos.

Ahora con estas dos lecciones como precedentes vamos a los nuestros.

Muchos compañeros están maravillados, van a poder votar,
van a poder elegir al que desean que sea nuestro presidente !!!
y aquí el primer síntoma de que "hay que romper con el pasado" pues las organizaciones donde no se puede elegir... (a mi personalmente me recuerdan más al comunismo que a otro cosa...)

Vamos por partes; o vamos a formular preguntas y así cada cual tras una aconsejada reflexión que escoja lo que considere.

La primera reflexión que cabría hacerse sería algo así: lo interesante no es que haya un candidato, lo que hay que saber es  "¿por qué ahora hay candidatos?"

Una vez tenemos esto claro, pasamos al siguiente paso, y para ello habría que no dejarse engañar por el subconsciente pues la pregunta (sin dejar actuar las emociones) no sería ¿quién es el deseado?, sino que la pregunta inteligente que descartara a alguno de los aspirantes es ¿quién es el menos odiado?

Una vez llegado hasta aquí, y solo si tenemos claro las dos primeras reflexiones podemos pasar a una "no menos divertida" ¿a quién van a apoyar los que se queden fuera en la segunda vuelta ? ¿habrá voto "útil"?

Para ver quien llega a la segunda ronda habrá que valorar tanto la información como la difamación que nos llegue desde los medios, para ello habrá que ver, valorar y contestar: ¿qué peso van a tener los medios de comunicación afines al PP respecto a los candidatos? ¿tendrán ya su candidato?

Ya casi estamos llegando al final, pero para ello habrá que volver a dejar la parte emocional al lado y enfrentarse a otro dilema ¿qué debe primar? ¿experiencia o regeneración? ¿qué candidato puede aportar regeneración? Igual aquí según lo escogido ya se nos caen unos cuantos candidatos.

Y ahora otra reflexión crucial, pues no se trata del que a nosotros nos gustaría, sino ver quién es el candidato que pueda recuperar más votos de los que nos hemos dejado por el camino. Pues recordemos que nuestro Partido, gracias a la constrastatda experiencia de nuestros dirigentes,  desde el 2011 hasta el 2016 ha perdido 3 millones de votos. 

En mi opinión y desde mi posición de irrelevante creo que el PP no ha perdido esos votos por ser el PP, sino que estoy profundamente convencido de que se han perdido por haber dejado de ser el PP.

¿Serán los que tienen experiencia, que son los mismos que los han perdido, los que los recuperarán? ¿Serán los mismos que teniendo experiencia y gozando de posiciones de poder no sabían nada de los múltiples casos de vergonzosa corrupción? ¿Se habrán dado cuenta esos que tienen experiencia que ahora la capacidad critica del electorado es mayor?

Una vez cada cual se haya formulado estas cuestiones una que tiene cierta "mala leche" pero que a muchos les asusta oír:
¿Los descartados tendrán algún sitio donde ir fuera de la política?¿necesitarán el sueldo para seguir viviendo?

Por todo ello, si de mi dependiera ya sabéis quien es mi candidato o al menos a quién llevaría yo a la segunda vuelta, pero como en todo, el tiempo dirá.

3 jun 2018

Enseñémosles a pensar...



“Enseñamos a los niños a aprobar exámenes, pero no a pensar y a entender las matemáticas”

Yeap Ban Har, experto en el método de enseñanza que ha colocado a Singapur a la cabeza del aprendizaje de esta asignatura, critica el exceso de memorización y cálculo en las aulas

Cuando el profesor Yeap Ban Har (Penang, 1968) habla de matemáticas, utiliza términos a menudo vinculados con el mundo de las letras, pero no con el de los números. Para este experto, referente mundial en la enseñanza de matemáticas, aprender esta materia no es tanto hacer cálculos como interiorizar un nuevo idioma. 
Las matemáticas se leen, se escriben e incluso se debaten. Doctor en educación matemática por la Universidad Tecnológica de Nanyang, en Singapur, y profesor en el Instituto Nacional de Educación del mismo centro, Yeap ha recalado esta semana en Madrid para aportar luz a una pregunta compleja: ¿cómo enseñar matemáticas en los colegios?

El experto, que viaja por todo el mundo dando formación a docentes, es la cara visible de un proyecto que la editorial educativa SM y la Universidad de Alcalá pusieron en marcha el año pasado para probar en 20 colegios españoles el llamado método Singapur de enseñanza de las matemáticas. Esta metodología —crítica con el exceso de cálculo y memorización de, dicen sus defensores, la enseñanza tradicional— propone enseñar a los alumnos a resolver problemas por sí mismos para que así aprendan a pensar y ha colocado a los estudiantes de Singapur a la cabeza de las pruebas de nivel internacionales en esta materia. Todas las clases de matemáticas del método Singapur comienzan de la misma manera: el profesor plantea un problema y los alumnos debaten sobre cómo resolverlo. “El método implica llegar a una misma solución por distintos caminos”, resume el profesor Yeap.

Pregunta. ¿Por qué las matemáticas resultan tan difíciles?

Respuesta. Es por la forma en la que se enseñan. Las matemáticas resultan complicadas porque utilizamos las debilidades humanas, como por ejemplo la memorización, para que los estudiantes aprendan la materia. La memorización no es una fortaleza del ser humano. Tampoco nos resulta natural seguir procedimientos. Pero utilizar las fortalezas de la mente humana y de nuestra inteligencia, como la búsqueda de modelos y la visualización, puede resultar muy útil para aprender matemáticas.

P. ¿Las matemáticas que se enseñan en los colegios son las que después necesitamos para nuestro día a día?

R. Lo fundamental que uno aprende de las matemáticas es la capacidad de pensar. Aprendemos a pensar a través de las matemáticas. Por supuesto, de todo lo que nos enseñan hay cosas que podemos utilizar en el día a día, como por ejemplo manejar el dinero. Es lo que llamamos las matemáticas funcionales, que son el pilar necesario para aprender las matemáticas más complejas, las que nos permiten hacer volar aviones, enviar a seres humanos al espacio y tener wifi. Si no aprendemos lo básico, nunca llegaremos a la parte más compleja.

P. ¿Qué diferencia hay entre la forma tradicional de enseñar matemáticas y el método Singapur?

R. Los métodos tradicionales habitualmente se centran en aprender a partir de la memoria, en seguir unos procedimientos que no entendemos y en hacer un montón de cálculos. El método Singapur se apoya en investigaciones y teorías del aprendizaje que aseguran que los estudiantes comienzan a aprender a través de la exploración. Al final, unos y otros llegan a las mismas matemáticas, pero la forma de aprender es diferente. El modelo tradicional te dice lo que tienes que hacer, mientras que en este enfoque tú construyes tu propio conocimiento.

P. ¿Cómo se enfocan las clases de matemáticas con esta metodología?

R. Hay cinco fases: la exploración, el debate estructurado, el seguimiento que lleva el profesor a través de un diario de aprendizaje, la reflexión y la práctica. Habitualmente el profesor comienza las clases planteando un problema. Por ejemplo: tenemos siete flores, tres flores y dos flores, ¿cuál es el total? Los alumnos darán diferentes soluciones e ideas. Siempre se empieza la clase explorando, pero en algún momento debe producirse un debate estructurado. Los profesores apuntan sus ideas en un diario de aprendizaje y animan a sus alumnos a leer matemáticas. Esa es la parte de la reflexión: después de explorar y analizar el problema, lo leen.

P. Debatir o leer son conceptos que no se asocian habitualmente con las matemáticas.

R. Pero las matemáticas son un idioma, un lenguaje. Cuando los alumnos no aprenden las matemáticas como si fueran un lenguaje, es entonces cuando no son capaces de funcionar con ellas. Por eso es una asignatura que les resulta tan difícil. Es como si intentaras aprender español sin leer o sin escribir. Los niños en los colegios están aprendiendo matemáticas sin saber leer y sin saber escribir.


P. ¿Qué dificultades encuentran los alumnos que nunca han recibido este tipo de clases?

R. La principal dificultad es que la forma de pensar cambia. Quizás antes se sentaban en silencio y escuchaban al profesor, esperaban a que llegara y les explicara todo. Con este método ellos mismos tienen que aprender a dilucidar cada caso, a deducir y también a escuchar a los demás y a trabajar de forma colaborativa. De todas formas, no les suele costar demasiado. A los niños les gusta trabajar con sus amigos, deducir cosas, averiguar… Quienes encuentran más dificultades son los profesores.

P. ¿Cuál es el papel que debe asumir el profesor al enseñar matemáticas?

R. Cumple dos funciones: facilitar el aprendizaje y evaluar. El docente debe dejar que sus alumnos exploren, debe facilitar el aprendizaje, pero también debe evaluar al estudiante observándole y escuchándole.

P. En este tipo de clases tan colaborativas, ¿no hay peligro de que algunos alumnos se queden rezagados?

R. No creo que todos los niños deban avanzar al mismo ritmo, eso es algo imposible. Queda en manos del profesor analizar cómo puede gestionar sus clases, de forma que los estudiantes más débiles aprendan lo suficiente y los más avanzados encuentren retos y desafíos. Pero es necesario diferenciar la clase. Por ejemplo, si a los alumnos les planteo el problema que mencionaba antes, tengo siete flores, tres flores y dos flores, ¿qué soluciones me darán? Los alumnos débiles van a dar una respuesta contando, pero los más avanzados dirán que siete más tres más dos es igual a dos grupos de seis. O tres grupos de cuatro... o cuatro grupos de tres, lo cual ya es una multiplicación. Tenemos que dejar que diferentes personas respondan de manera diferente al mismo problema. Y cuando los estudiantes más débiles trabajan con los alumnos más fuertes, aprenden también porque sus compañeros les sirven de modelo.

P. Hay quien sentirá dudas o se opondrá a la idea de reducir el cálculo y la memorización en las aulas.

R. Yo les pregunto a los profesores, ¿el método que utilizáis funciona siempre, con todos los alumnos? Sí, quizás son capaces de aprobar exámenes, pero ¿han aprendido bien las matemáticas? Normalmente se dan cuenta de que la forma tradicional de enseñar no beneficia a los niños. Si esa forma de enseñar, que se utiliza desde hace tantos años, no funciona, no tiene sentido continuar por ese camino.

P. ¿Qué opina de los exámenes?

R. Hay demasiados, no deberíamos saturar el sistema con exámenes. ¿Por qué necesitas evaluar a tus estudiantes con exámenes en clase si ya los conoces?

P. Tras poner en marcha este proyecto en varios colegios en España, ¿qué errores ha detectado en la enseñanza de las matemáticas en el sistema educativo español?

R. No tengo un conocimiento muy detallado del sistema español, pero por lo que escucho a mis colegas hay un problema común, en España pero también en todo el mundo, que radica en que enseñamos para aprobar exámenes. A los niños les enseñamos cómo hacer las cosas, cuál es el procedimiento, pero ellos no entienden lo que están haciendo y memorizan demasiado. No estamos enseñando a los alumnos a pensar.

HABILIDADES MÁS ALLÁ DE LOS NÚMEROS

“La mayor dificultad para el profesor es mantenerse callado. No explicamos los conceptos, sino que presentamos retos matemáticos que están en la zona de desarrollo del alumno”, explica Zoraida de Armas. Lleva dando clase de matemáticas dos décadas y es profesora del colegio público San Andrés, en Santa Cruz de Tenerife, uno de los 20 centros en los que la editorial SM y la Universidad de Alcalá han probado el método Singapur con alumnos de 1º y 2º de Primaria.

El proyecto Piensa Infinito, que se extenderá el próximo curso a más de 300 colegios, ofrece a los centros formación, asesoramiento y materiales didácticos para que los profesores puedan impartir sus clases siguiendo el modelo de enseñanza de matemáticas de Singapur.

Este pequeño país del sudeste asiático encabeza desde hace años los rankings internacionales en aprendizaje de matemáticas: ocupa el primer puesto en el último informe PISA (España se queda en el lugar 32 de la tabla) y también en el informe TIMSS (Estudio de las Tendencias en Matemáticas y Ciencias, por sus siglas en inglés). “Singapur comenzó analizando estos rankings.

Los datos de nuestro país eran horribles, así que empezamos a estudiar qué hacían los demás y, basándonos en investigaciones y teorías del aprendizaje, llegamos a este enfoque”, explica Yeap Ban Har.

El método se enmarca en una revolución de todo el sistema educativo, y no solo de la forma de enseñar matemáticas, que Singapur puso en marcha en los años ochenta y noventa. El profesor Yeap insiste en que no hay diferencias culturales o institucionales que impidan aplicar esa misma metodología en otros países: “No es un método solo para Singapur. Básicamente se trata de cómo se deben enseñar y aprender las matemáticas desde el principio”.

La conclusión más sorprendente a la que han llegado en el colegio San Andrés tras este primer año de pruebas es que ningún alumno se queda atrás. 

“Desarrollan el pensamiento entre iguales, la atención y la emoción, la escucha y la comprensión, cómo ponerse en el lugar del otro y cómo poner en palabras su propio pensamiento”, enumera Zoraida de Armas. “Son habilidades que les sirven también fuera de la clase de matemáticas”. 









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