En el día de hoy, en lo que se conoce como una sentencia histórica, el
Tribunal Supremo ha condenado a los líderes del Procés.
Por desgracia no es histórico, sino que aparte de ser vergonzoso, es tristemente
habitual que se haya “filtrado” antes de que esta se emitiera.
El Alto Tribunal los ha condenado por sedición y no por rebelión como pedía
la fiscalía. Hay que tener en cuenta que la condena por rebelión de haberse
producido, sería por un ataque a la constitución mientras que la condena por sedición
está basada en ocasionar desórdenes públicos.
Mucho ha llovido ya desde aquel vergonzoso 8 de septiembre en el que el
Diario Oficial de la Generalitat declaraba abolida la monarquía constitucional y convertía al president de la República en jefe del Estado catalán.
Independientemente del lado por el que cada cual se posicione hay un
dato en el que prácticamente todos coincidimos.
La situación que se está viviendo en Cataluña ha conseguido la
polarización no solo de la política, sino también de la sociedad catalana y
este es el verdadero problema ya que vecinos, amigos o familias enteras que habitan en paz en una
misma finca, en un mismo barrio, o en un mismo pueblo, que se conocen desde hace
años, ahora, se ven enfrentados por sus diferencias respecto a la situación que
se está viviendo últimamente.
Esta fractura social es sin duda el asunto más grave ya que por mucho
que se empeñen algunos, por desgracia, no desaparecerá en años, o quizás me
temo yo, en décadas.
Una vez coincidimos (casi) todos en este punto, habría que analizar el
papel que han jugado, juegan y seguirán jugando los medios de sutil
manipulación, como a mí me gusta llamarlos, o medios de “comunicación” como son
conocidos por la inmensa mayoría.
Porque no nos olvidemos, los medios de comunicación viven de sus
audiencias y estás, en este caso, como hemos visto están fracturadas.
¿Qué papel han jugado TV3 o Catalunya Radio? ¿Y las cadenas privadas o TVE?
Bandera de España en el Camp Nou |
Quizá, como vivimos en la era del “ya”, de la “inmediatez”, en la era
del devorar basura mediática de forma cada vez más veloz, hemos perdido la
perspectiva histórica que el análisis de todo acontecimiento merece y aquí, no
nos olvidemos, cabría analizar la legitimidad o no que estos medios le han ido
dando a este tema.
No hay que olvidar que al poder seleccionarlos libremente estos medios de manipulación / comunicación, debido
a su poder y atracción, ocupan un lugar relevante en la forma en la que
construimos nuestra identidad al decirnos aquello que queremos creer y debido a
ese poder hace tiempo que han desbancado a las instituciones tradicionales,
léase las aulas o la familia, como creadores de un imaginario colectivo que
algunos creen que les pertenece como verdad inequívoca.
Me pregunto yo si no hubiera sido más ético o más integro negarse a
publicar datos de la sentencia antes de que esta haya sido emitida en firme. Pero
claro, no olvidemos que desde hace ya mucho tiempo los medios de comunicación,
en general, no están a la altura de lo que de ellos se espera.
Y aquí surge otro problema difícil de solucionar pues los que consideran
en su mundo imaginado que tienen la verdad, es muy complicado que atiendan a la
posibilidad de que la otra parte o versión también pueda ser poseedora de la
verdad porque esto es imposible, puesto que como la verdad la tengo yo, por lo
tanto no la puedes tener tú.
Yo lo tengo muy claro; por muchas noticias, por muchas manifestaciones,
por muchos lazos amarillos que se pinten en las carreteras o se luzcan en las
solapas, España es un Estado de derecho pese a quien pese (que los hay y
muchos) donde no hay presos políticos por mucho que algunos tengan interés en
hacérnoslo creer.
Somos muchos los que lo tenemos claro.
Por lo tanto la construcción de su verdad va a ser distinta y por
ende la capacidad de reconocer la verdad del otro se antoja como algo lejano
sino imposible.
¿Cómo afectará su educación, o su visión del tema a su movilidad laboral
que más pronto que tarde deberán afrontar? Imagino que los educados en catalán
y español o español y catalán tendrán un mejor futuro al poder ser libres de
desplazarse, residir y trabajar en su país cosa que no sucederá tan alegremente
entre los que han sido educados hacia el odio a lo español y hacia España.
Si atendemos a los datos es evidente que el
independentismo siempre ha perdido y nunca triunfará ya que basta pensar que aún bajo el bestial
gasto en propaganda y con el control de los medios nunca ha pasado a tener un
porcentaje mayoritario de apoyos.
Según los datos ofrecidos por el CEO (Centro de Estudios de Opinión) más
o menos un 40 % de catalanes se proclamaba por la independencia mientras que un
50% estaba en su contra. Eso sí también por esas mismas fechas alrededor de un
60% suspendía al en la gestión al Govern.
Ahora bien, por mucho que nos pese, siempre habrá marionetas manejadas que
creerán creer que en España hay presos políticos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si quieres hacer cualquier comentario, hazlo aquí,
Cualquier aportación sera bienvenida...